miércoles, 17 de julio de 2013

Palabra de Seguridad: PIERNAS PARA QUE OS QUIERO

Hoy no tenía pensado hacer aporte alguno si no fuese que he tenido conocimiento de hechos que ponen de punta los pelos, no por excitación, sino por horror y terror...
Hoy me pongo al frente de este virtual papel en blanco para transcribir opinión personal para quién las quiera leer, y quién las comparta, perfecto, quién no las comparta, asuma sus propios riesgos.
Tengo un problema de base muy grande, y es que, para bien o para mal, soy primero hombre, después jurista y después ser sexualmente vinculado al BDSM... y cada aspecto descrito condiciona por ese mismo orden mis convicciones y pensamientos, y reconozco una evolución importante en mi, pero con una línea muy marcada de lo que entiendo debe ser siempre la frontera inquebrantable.
Fetichismo, bondage, uso de pinzas de ropa, cera de velas... eran aspectos que llevaba en secreto e intimidad (para onanismo puro y duro) y tardé en decidir buscar información y ponerme en contacto con gente que compartía estas imperiosas necesidades interiores que nos hacen experimentar gran placer. El primer contacto fue con las tres palabras esenciales a tomar en consideración:  SENSATO, SEGURO Y CONSENSUADO.
El tema del consentimiento y de los límites han de ser siempre un parámetro a tomar en consideración, respetarlo al máximo. Por mucho que les pese a algunos, el cruzar el límite e infringir el consentimiento será la frontera entre lo lícito y lo ilícito. Una conducta sexual aceptada se constituye en manifestación de agresión sexual (o en el mejor de los casos abuso sexual) en el mismo momento en el que se ejecutan actos libidinosos a una persona contra su expreso deseo, unos azotes consentidos pasan de ser una inocente conducta a una falta de maltrato de obra (o delito de violencia sobre la mujer si son pareja de hecho o matrimonio y la azotada es la mujer). Decir que la reforma en trámite del Código Penal podría hacer desaparecer el Libro III del Código Penal de 1995, donde se regulan las faltas, y no se cita entre los artículos que reforman los delitos de lesiones el maltrato de obra como eventual futuro delito leve (excepción hecha para los delitos de violencia sobre la mujer que debe cumplir con unos requisitos), pero a fecha de hoy sigue vigente como eventual falta.
No cabe duda que en nuestros "juegos" el NO puede significar "por Dios no pares" pero es algo que deberá examinarse caso por caso y estar atento a las señales que ofrezca el sumiso, aun cuando la clave final será la palabra de seguridad, mas no sería el primer supuesto que hay desliz al respecto... pero lo más grave no es el tema de las palabras de seguridad, sino el quebrantar con intencionalidad manifiesta los límites instados por la parte sumisa. Desde ese momento, a mi entender, quiebra el consentimieno libremente otorgado. El que cede su sumisión al dominante espera de esa cesión cuidado y atención, respeto. El dominante tiene un control sobre la sexualidad del sumiso, y al tiempo, una responsabilidad. Si la persona sometida no desea ser usada, no desea ser penetrada en la sesión o si la penetración se pacta dentro de unos parámetros (dildo, vibrador, dedos...), debe ser frontera inviolable para el dominante. En el mismo momento que fuerza ese límite sin previo pacto, se produce la quiebra de la confianza mutua, y desde luego, poco apoyo tendrá entre aquellos de la comunidad de la Dominación/Sumisión que consideran que la voluntad es el elemento esencial a respetar. Pero respetos a parte, entiendo que puede incluso vulnerarse la libertad sexual del sumiso como bien jurídico protegido (por mucho contrato, por mucho que se diga, la libertad sexual es un bien inalienable, irrenunciable... el consentimiento ha der ser actual, vigente...es renovable y prima sobre un papel escrito)1. Vulnerado el límite, podría plantearse el consentimiento como viciado. Y aun cuando finalmente pudiese tener amparo legal (en el error de tipo o de prohibición según los casos del art 14 del Código Penal), en el entorno será visto (al menos por unos cuantos) como un riesgo para el colectivo. Convendría recordar que somos más veces recordados por la comisión de una falta que por los mil aciertos que ejecutemos. Viene a mi cabeza el dicho popular "por un perro que maté, mataperros me quedó".
Rios de tinta se ha escrito sobre los límites, sobre el contrato de sumisión y sobre consentimiento, y se ha dicho, desdicho, tomado en consideración y se ha dejado de tomar en consideración, y en muchas ocasiones se ha dado quebranto de esas esenciales líneas límite de la entrega que han dejado impune al "sujeto" (con todos los debidos respetos, no serán denominados por mí dominante) por no querer la persona sumisa más que olvidar el mal trago y deshacer el entuerto corriendo para casa y pretender olvidar el suceso. Los motivos por los que no llegue a denunciarse serán múltiples: condición social, vergüenza, temor... pero podrá ser que decida tomar las acciones oportunas por miedo a que se reitere tal comportamiento.
La condición de ser humano debe llevarnos siempre a respetar el rasquicio más esencial de la persona, su capacidad volitiva para decidir que es lo que quiere y que es lo que no quiere. Ciertamente, en este mundillo hay siempre una evolución, un camino que puede llevar a más de uno a superar sus propios límites, y el dominante podrá intentar crecer o llevar a crecer a la parte sumisa superando ciertos límites, pero siempre desde el respeto a la voluntad, hablándo, explicando, garantizando la ausencia de riesgos, pero nunca forzando ni engañando.
Por otro lado, sensato y seguro son palabras que en ocasiones se ha intentado poner en tela de juicio como valores dentro del BDSM por considerar que las conductas reprobadas o aceptadas dentro del significado de dichas palabras responden a imposiciones de la opinión social más puritana (los ajenos al BDSM). Hay que ser conscientes de lo que se hace y como se ejecutan las actuaciones, desde la coherencia, la responsabilidad, el sentido común y sin pretender hacer heroicidades.
No cabe duda que cada uno es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera, y cada uno es libre de consentir que le hagan lo que quiera, mas entiendo que en todo caso debe respetarse la inquebrantable salud de la parte sumisa, salud física y salud mental (el terror no es buen compañero). El dolor puede ser placentero... la enfermedad, un fin que entiendo no deseable ni deseado.
Existen unas mínimas precauciones de higiene y control preventivo que pueden evitar enfermedades somáticas, y conviene no incardinarse en conductas que puedan provocar riesgos en el cuerpo de las personas. El consentimiento libre, espontáneo, válido y expreso no siempre exonera de responsabilidad, pues si se generan lesiones de las estimadas graves, incluso por mera negligencia grave (es decir, no solo por voluntad consciente y querida de provocar la lesión), pero se incardinan en supuestos que precisan además de una primera asistencia médica, tratamiento médico quirúrgico (así se define lesión en el Código Penal en el art 147.1), no se precisa denuncia de la víctima/perjudicada para iniciar la causa penal, pues los partes médicos y el comunicado que los centros hospitalarios remiten a los Juzgados, será suficiente para instruir un procedimiento por lesiones, y de poner de manifiesto que las mismas eran consentidas, se podrá condenar, con menos pena que si fuese sin consentimiento (dice el tipo penal bajando la pena en uno o dos grados, no voy a explicar el contenido por ser cuestión estrictamente jurídica) (artículo 155, que no parece vaya a modificarse en el anteproyecto de reforma en curso).
Médical, agujas, electro, axfisia... son comportamientos que exigen del dominante conocimiento específico, control y precaución. 
Sirva el ejemplo del VIH. ¿Sería una práctica del BDSM sensata aceptar que el sumiso se deje infectar? Creo que el criterio mayoritario (siempre hay algún que otro convencido de tener dotes más elocuentes y clarividentes de lo que es admisible) responderá negativamente, entonces ¿puede aceptarse el uso de material que ha sido empleado con el cuerpo de otro sin pasar a hacer una limpieza y estirilización del mismo? No olvidemos que se pueden transmitir enfermedades por transferencia, que un cuerpo extraño puede entrar por el cuerpo de otra persona, y en ese punto, el dominante es el principal responsable.
He acudido al ejemplo más impactante, al del VIH, pero podemos cambiarlo por cualquier otra enfermedad que se puede transmitir por contacto (la transmisión por contacto es la más común forma de transmisión de las enfermedades nosocomiales (Dr Eduardo Ticona Chavez)): laceraciones con instrumental oxidado (riesgo de tetanus) por contacto con objetos que hayan estado en contacto con fluidos corporales que podrían transmitir la hepatitis B o D (http://www.hepatitisbinfo.es/verdadero-falso.php)... solo por citar algunas. Y no voy solo a las enfermedades, conocer los puntos más débiles del cuerpo humano... a nadie se le ocurriría clavar una aguja en el ojo de otra persona, y desde luego no entraría en lo seguro y sensato por mucho consentimiento que se alegue.

Y entre las conductas que podemos considerar poco acordes con la sensatez y seguridad es entrar en sesión sin estar en pleno uso de las facultades psicomotrices y de consciencia. Y este matiz se debe extender tanto al dominante como al sumiso, pues una pérdida de consciencia en una sesión puede llevar a un susto o incluso un trágico suceso con resultados imprevisibles e incluso irreversibles, sobre todo ante ciertas prácticas que pueden requerir plena consciencia de ambos partícipes, ejemplo evidente el de juegos de asfixia
Nada ayuda a una sesión que ambos se hallen en un estado de embriaguez. Los reflejos, las sensaciones, las percepciones de lo que rodea, momentos de euforia seguidos de un decaimiento... el riesgo está latente en sí mismo. No se precisa ser abstenios pero sí que debe promoverse ejecutar las sesiones sin hallarse bajo la ingesta del alcohol, y desde luego, no entrar en juegos con aquél que vemos, sin ningún género de dudas, que el alcohol hace mella en sus capacidades. Es más, el consentimiento otorgado podría hallarse en estos casos totalmente viciado, y de probarse que el mismo se obtiene aprovechando la circunstancia de la ingesta de alcohol, no digo que exista condena, porque el proceso penal goza de garantías que pueden llevar a absoluciones por motivos diversos, pero de la fase de instrucción no quedaría liberado, con el consecuente estigma social de "si anda en manos de la justicia es que algo habrá hecho".
Por otro lado, se ha promovido en más de una ocasión el consumo de drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas. En más de un foro se expone las virtudes de las mismas para ejecutar sesiones BDSM. Cada cual haga con su cuerpo lo que quiera, pero para aquellos que pretendan ser conscientes de lo que en sus manos tienen y saber tratar la sumisión o la dominación con la delicadeza oportuna, tengan en cuenta que tales sustancias afectan de forma innegable al conocimiento, generando en ocasiones estadios de euforia y por otro lado afectando en muchas ocasiones al ritmo cardiaco, lo que puede dar falsas señales al otro practicante. Y ello por no hacer cita al deterioro que se genera en la psiquis del sujeto consumidor a largo plazo2.
Por poner ejemplos:
  1. efectos de la cocaïna a corto plazo: eufóricos, energéticos, conversadores y mentalmente alertas, particularmente con relación a las sensaciones visuales, auditivas y del tacto, contracción de los vasos sanguíneos, dilatación de las pupilas y aumentos en la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la presión arterial. Si se combina con alcohol, puede probocar la muerte (www.drugabuse.gov/es).
  2. efectos de los opacios (opio, morfina, codeína, heroína, metadona, petidina,tilidina) al momento del consumo, produce sensación de placer, pero a los pocos segundos un estado de sedación total y cierta euforia, con ausencia de cualquier malestar psíquico y que dura aproximadamente 2-3 horas, desapareciendo de forma progresiva, siendo que se produce un enleticimiento de la respiración, y en los primeros estadios tras varias horas tras el consumo, se produce ansiedad (www.cat-barcelona.com);
  3. efectos por consumo de éxtasi, efectos apreciados físicamente son energía, alta sensibilidad y reducción de la ansiedad al contacto físico, mayor tolerancia a la fatiga, taquicardia, arritmia e hipertensión, pérdida del apetito, sequedad de boca, sudoración, deshidratación, hipertermia, sobrestimulación (aumento del estado de alerta, insomnio), y si se toman en altas dosis produce náuseas, vómitos, temblores, hiperactividad motora, escalofríos y deshidratación severa; pueden experimentarse problemas cardiacos o una insuficiencia renal aguda, que podrían provocar la muerte. Psicológicamente, provoca ansiedad, irritabilidad, sensación de euforia, estado de placer, sensación de empatía con los demás, locuacidad, omnipotencia. Dosis elevadas pueden producir ansiedad, pánico, confusión, insomnio, sicosis y fuertes alucinaciones visuales o auditivas (las-drogas.com)
  4. efectos por el consumo de hachis,hay una sensación de euforia inicial, bienestar acompañado de ciertos trastornos de coordinación y alteraciones del humor al que le sigue un estadio de depresión y en dosis más altas puede afectar a la percepción visual y auditiva (alucinaciones) así como a la percepción subjetiva del tiempo (http://jiraandalucia.files.wordpress.com)
Estas condiciones poco ayudan (por no decir que nada ayudan) a la práctica segura de la sesión, con riesgos para las dos partes intervinientes, es decir, tanto para el que ha consumido como para el que no ha consumido. El consumidor dominante puede perder el control sobre el estado del sumiso, incluso puede, en el momento de euforia, no ser consciente de la intensidad de la sesión. El sumiso que se halle bajo tales efectos, puede no acabar teniendo el control preciso sobre su propio cuerpo y no reaccionar con las precauciones debidas, incluso puede llegar a alcanzar estadios de relajación en el que pueda perder la consciencia, lo que en ciertas prácticas supondrá un riesgo para su salud y para la estabilidad emocional del dominante (piensen por ejemplo en un juego de dominación de agua en la que el sumiso pierde la consciencia y se relantiza su respiración, debiendo el dominante moverse con un cuerpo inerte para intentar salvarlo)
Por todo ello, amigos practicantes de este maravilloso mundo del BDSM, aceptad las reglas mínimas del juego, respetad el más sagrado de los dogmas como es el consentimiento de la persona que entrega lo más hermoso, la sumisión, cuidad ese regalo con la misma delicadeza que quién cuida la obra de arte hecha en puro y débil cristal, respetad los límites, y no pongáis en riesgo la salud de vuestro compañero... él os lo agradecerá y vosotros viviréis en paz con vosotros, con el compañero...con el mundo.

Si el dominante no respeta esos mínimos imprescindibles, si no respeta esos límites que el sumiso no quiere superar si no es tras el periodo de aprendizaje y crecimiento propio de todo ser que evoluciona, si la sesión se desarrolla con manifiesto riesgo y no se transmite seguridad, la respuesta que obtendrá el dominante de su atemorizado sumiso será "piernas para que os quiero...ayudadme a escapar".

somiador-bcn 16-7-2013
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1.- Soy plenamente consciente que en el BDSM hay una entrega de la sexualidad de la parte sumisa al dominante. Este dispone de esa sexualidad. Goza uno por la entrega, goza el otro por esa recepción. No estoy diciendo, quiero dejarlo claro, que en todo caso y en todo supuesto se vulnera la libertad sexual en el BDSM, quiero sencillamente transmitir que debe ser la misma tratada dentro de los límites pactados, porque, si se llega al caso, pretender fundar un exceso en un consentimiento otorgado pasado (o inmediatamente previo), si la parte sumisa probase la rotunda negación instantánea, si se probase el abuso y la actuación contra la expresa declaración voluntaria en contra y se pretendiese negar el espacio de libertad que ampara a toda persona, el dominante se hallará en un grave problema judicial, que será mucho más serio del aprecio o respeto dentro del colectivo.
2.- Por ejercicio profesional he podido conocer de internamientos no voluntarios de personas con un estadio de esquizofrenia avanzado derivada de su dependencia a cocaïna (paranoia persecutoria en la mayoría de casos), y desde la ciencia forense se ha destacado el deterioro constante del cerebro por la dependencia, generando irritabilidad, ansiedad...

3 comentarios:

  1. Bravo, bravo!! Felicidades por su artículo, su claridad de ideas es envidiable. Me devuelve usted la fé.

    Dragón
    ( http://alicantebdsm.wordpress.com/ )

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  2. Cuando ni la fama ni la gloria son el fin, saber que cuando menos una persona valora la labor desarrollada, constituye el mayor de los beneficios personales y queda uno satisfecho por el trabajo realizado, así que gracias por el comentario, aun cuando este artículo ha visto la luz gracias a las conversaciones con una inestimable amiga que pudo ofrecer una serie de experiencias personales que me han llevado a tomar la decisión de escribir este artículo. Por lo que debo compartir sus felicidades con la inestimable amiga, que por respeto y evitar que tenga problemas, no la cito, pero ella sabra identificarse personalmente en mis palabras... Gracias por el comentario Sr Dragón

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