lunes, 10 de junio de 2013

SENSACIONES

Siento como mi corazón está acelerado. Nada ven mis ojos, que una blanca seda me priva de este preciado sentido, mas el olfato me dice que aun sigues cerca. Muevo mi tronco dentro de las posibilidades. Manos en alto atadas a la barandilla de la cama, extendidos a cada lado, como también por los tobillos siento las cuerdas que con as de guía me resulta imposible liberar mis piernas, pero en tal guisa, miro de poder hallar tu piel y sentirla junto a la mía. Pero no te encuentro por los extremos del colchón.
Yazco desnudo, un sleep por toda prenda, y sigo embriagado de tu natural piel que me seduce.
Un taconeo en el suelo me lleva a perder la cordura, deseo sentirte cerca de mi, pero no me dejas decirte nada, pues con una orden me dejaste mudo hasta la contraorden reglamentaria.
Siento tus uñas, divina pasión, me estremezco, placer y cosquillas en una misma tortura, respiro acelerado. Dejas de rozarme... ¿Qué haces? quiero gritarte, pero no me atrevo.
Siento pieza fría sobre la barriga, por efecto reflejo me alzo... incauto... privado de todo movimiento, por respuesta tuya, abierta la mano, azote entre mis piernas, abiertas, otro compulsivo movimiento, sonido de suave dolor y placer unido.
Siento tu mano rozar la zona del ombligo, bajas hasta la cintura de goma del sleep... excitación descontrolada, castigas la emoción sin rozar ni tan siquiera la prenda por la zona baja de la cintura. Me muevo, me encojo, busco tu traviesa mano, perversa y deliciosa. Nada. Siento fría pieza metálica, y empiezo a notar como cortas los sleeps. No me muevo. Estoy inmóvil. Te aseguras de tentarme con el roce del afilado metal. Sigo quieto, pero me estremezco... controlo el movimiento moviendo la cabeza... izquierda, derecha, derecha izquierda, movimientos rápidos en cortocircuito, ya llevas dos cortes transversales, mi miembro expuesto, esperando una caricia que no llega. Se alza en tu búsqueda.
Por mis oídos, música de taconeo que se desplaza por la habitación, mis tapados ojos te siguen y te buscan, y siento como arrastras una silla y dejo de sentir esos tacones que me vuelven loco.
Siento ahora como un tacón se coloca sobre mi cintura, y el tacón del pie enfundado en divina piel descansa en mi cuerpo. Ya no siento uno, sino los dos zapatos sobre mi cintura, uno se alza, guillotina francesa, siento como dejas caerlo sobre mis partes sensibles, protesto con un grito, y tú, ama que se divierte cual pueril princesa, solventas el conflicto con un sutil impacto, siento el silbido que corta el viento, y antes del lamento, siento la fusta que impacta en mi muslo.
Respiro profundamente, mientras siento como acaricias mi pene con el tacón que ansío ver, y me privas del momento, es todo un tormento... muero, te deseo, lo quiero... te mueves con cierta prisa... paras al instante, una sola caricia, siento el tacón clavarse en interior del muslo... quiero pedirte que sigas, mas por un instante ahogo mi voz mordiéndome los labios.
Te levantas, me besas en los labios, y me sentencias a muerte: ¡Por hoy, quedas en tal condición!
Suplico que no me dejes en tal situación, necesito culminar el instante de pasión... me replicas con un pellizco en un pezón... excitación... una lágrima cayendo por despecho... se acabó... y lo peor, sin dejarme consolar un instante, me retuerzo, me quiero liberar... necesito sentirte cerca, pero como Reina de la ocasión, te sientas en tu Trono triunfante, esperando ver como muere mi agonía.
Pasan los minutos, parece relajarse la situación, empiezo a recuperar compostura cuando siento sobre mi barriga restos de cubitos de hielo tirados con malicia, un no sale de mi boca, una risa de la tuya, y con una mano fría y mojada tocas mi glande, quién, siendo siempre sinvergüenza, se atreve, por vida propia, alzarse para verte, dejando escapar lágrima incontrolada de súplica. Azotes continuos que me hacen retorcer, castigo por la insolente atrevida que tiene vida propia... soy yo el que suplica... cesas... me tocas, la mano rodea mi miembro... suspiro... mueves la mano... gozo... paras, y te vuelves a ir... dolor en los testículos... una risa sale de mi boca, pues mi subconsciente le dice a la consciencia ¡hasta los huevos me tiene! metáfora por el dolor intensificado en solo una zona... me coges del escroto y me recriminas esa risa, y la que fue risa se convierte en perversa agonía... nuevamente siento tu dulzura en sendas caricias seguidas de movimientos rítmicos que me hacen gozar, sentir tu mano, tu aliento, tenerte cerca, tan cerca... paras en seco, nuevamente me dejas, y yo ya no puedo más que morir de impaciencia... esta noche conoceré el tentador infierno acompañado de tu inflexible conducta.
                                                     soñador 11-6-2013

jueves, 6 de junio de 2013

Un saludo del Anfitrión

Aprovecho esta primera página en la que usted, querido lector, entra en contacto con este humilde escritor, aficionado en las artes literarias, como aficionado al mundillo del BDSM, mundo del que tuve conocimiento por una sencilla pasión, una pasión que con los años supe que tenía como nombre técnico fetichismo, un culto especial por las mujeres alzadas en unos bellos zapatos de tacón, detonante de excitación, y de aquí al paso siguiente, el que me llevó al conocimiento del bondage y de ahí a otros campos de este complejo mundo del que cada día se aprende algo nuevo y del que resta mucho por aprender.
Es el mundo de la dominación y la sumisión (y mucho más el mundo del sadismo y del masoquismo) complejo y aun muy tabú, y esta situación me hizo mantenerme alejado durante años, preocupado por esos pensamientos perturbadores que hacían que mi onanismo fuese tan especial, mientras que las contadas ocasiones de relación íntima con féminas resultase monótona y escasamente atractiva.
Hoy ya hace un buen número de años conocí a una mujer, bueno, desde mi humilde opinión, "la mujer" que era perfecta, la que suponía idónea para ser pleno. No obstante, una cosa es lo que piensa uno y otra, a veces distinta, otro. Lo que yo veía en ella, no era correspondido por lo que ella veía en mi. Fueron solo días, y me sentí pleno mientras correteaba con artes de filtreo que no sirvieron de nada, como niño con zapatos nuevos, como pueril enamorado, hasta que la idolatrada puso freno a mis aspiraciones.
Dicen que no hay mal que por bien no venga, y lo cierto es que tras aquél "corte" que con tajante afirmación, mejor dicho, negación, me dirigió, me sentí desconcertado, atontado... gilipollas perdido, para dejarnos de ser finos.
Aquél revés, que no fue el primero que recibía del género femenino, pero que fue el único que realmente me caló en lo más hondo pues, desdichado de mi, pensé que por una vez me sonreía la suerte (divina, encantadora, inteligente, con carácter, inquieta, luchadora, decidida... estaría citando adjetivos bellos todo un día con su respectiva noche, y no terminaría de describirla...) perdón por irme por las ramas, la cuestión es que me sentí tan miserablemente, solo y triste, que pensé que aquellos ocultos deseos bdsemeros que eran tabú en todo mi entorno social no me podrían hacer sentir peor.
Erré nuevamente en mis predicciones. Sí que llegué a sentirme peor por ciertas experiencias que no voy a relatar aquí.
Cometí errores, como todo hijo de vecino, pero al tiempo, aprendí y tuve oportunidad de disfrutar unas veces de buenas conversaciones, otras de buena compañía, y en unas pocas veces.... ssshhh... acérquese, acérquese que se lo susurro al oído... a veces, muy pocas, he tenido la ocasión de disfrutar de esas sensaciones prohibidas en las escrituras, esas que siendo tan malas por pecaminosas son al tiempo las más buenas, divinas, perversas y excitantes que nos llevan al éxtasis del instante...
Este rincón está pensado y dedicado no a aquellas que me hicieron daño o me cambiaron por alguno más guapo o mejor pagado. Tampoco se lo dedico a aquellas para las que he sido un cero a la izquierda o para aquellas que ni tan siquiera existo, sino que esto se dedica a aquellas personas que, desde foros, chats y algún que otro café, me han hecho sentir bien como hombre, como persona y como un loco del BDSM, aquellas que han tenido paciencia conmigo y aquellas que han impulsado mi lado imaginativo incluso para dejar correr la imaginación en relatos. A todas aquellas personas que han sabido darme un abrazo aunque fuese en la distancia y que siempre han aparecido para darme ánimos y hablarme cuando menos me lo esperaba... un beso desde aquí a mi "ciberesposa", aquella que más difícil me lo puso para hablar con ella en el viejo Chat del Ozú, que no recuerdo los saludos y los intentos de privado que envié, y que con cibercafés acabamos manteniendo larga y tendida amistad hasta tiempos recientes, y que deseo y ansío se mantenga toda la vida. También tengo que tener presente al que es hoy por hoy su pareja, que la entiende, la acompaña por este mundo, y la aguanta... upssss... esto no debería estar aquí (pensaba en voz alta).
Y también en mi mente, la que por Madrid me tiene hecho compañía, café de tarde, copas de noche, que me enseñó las puertas del Satén, local temático sito por la capital.
No puedo dejar de citar a otra gran amiga, de las primeras, que empieza su nombre de pila por S y constituyó mi salvavidas en los inicios del incomprensible mundo del BDSM, y sigue a estas tres personas una lista lo suficientemente amplia que no tendría espacio para su cita, pero si me leen, sabrán que están siempre en mi mente, porque con ellos y ellas compartí sonrisas, lágrimas y opiniones, alguna que otra cena y mis primeras visitas por el Club Rosas 5, al que le tengo gran aprecio y del que me entristece saber que su impulsor ya no estará más a las puertas del local.
Me acuerdo una de las primeras visitas que hice al local, hace ya muchos años, y al salir el anfitrión a abrirme, viéndole los brazos que calzaba, que mi cabeza parecía el muñeco Ken en feo al lado de tal brazo, pensé que si levantaba la mano, yo me tiraba al suelo antes de que me arrease un manporro, porque, desde luego, si me lo daba, ya no lo contaba. Cuan buenos momentos he pasado tomando solo una copa y charlando con amigos, conocidos...
Así es que este rincón recopilará relatos de antaño, intervenciones mías, alguna que otra opinión ya compartida, se irá completando poco a poco... esperando que tenga paciencia por las ausencias, ausencias que se justifican porque al tiempo se compartirá este rincón con otros menesteres personales y otro blog que por público y sin posibilidad de restricción ni advertencia de prohición a los menores, me lleva a tener que mantenerlos separados, y no siempre se tienen pensamientos de pervertido... ¿o sí? ay...pillín pillín...
Un cordial saludo, el anfitrión
                                                somiador-bcn