lunes, 16 de septiembre de 2013

SILENCIO

Un grito quiere salir de mi boca en señal de protesta, mas callo por respeto, aun cuando puede que de mis ojos intuya mis más íntimos pensamientos, mis discrepancias, mi deseo, que no es más que saberla feliz en este mundo terrenal. Pero sus ojos se hallan puestos en otro espacio, quizás incluso en otra dimensión... puede que estando cerca, usted se encuentre lejos...
Un suspiro consigo atrapar entre los dientes, y me aseguro que se dirija a los más profundo de mi alma a fin de que pueda sentirse orgullosa. Que sea silencio mi tributo en este día lluvioso.
Sigo pendiente de sus palabras, aun cuando sus labios no gesticulan ni de su voz sale sonido alguno.
Aquí estamos sentados, frente a frente, mirando usted por la ventana, yo sin alzar la mirada de la mesa, rodeados de gente... silencio absorbente... sediento de palabras dirigidas hacia mi... mas aquí me encuentro pendiente...
De cuerda, que no de cuarzo, el reloj que tengo cerca, contando los minutos que transcurren en ese vacío de sonidos que desesperan al más humilde de los mortales, se que son rítmicos los movimientos de los engranajes, más nada oigo pues me siento inerte sabiéndola molesta por causas superiores que no puedo reformar. Dicen que lo hecho, hecho está, y nadie puede viajar al pasado para rectificar... solo gestas de novelas de fantasía, no de vida real, la que sentimos día a día.
Silenciosas lágrimas que recorren sus mejillas por un mal mayor, y en silencio muero por poder beber esas divinas gotas, maná que sacie deseos innatos presentes en mi ser, y que veo caer directamente al suelo ¡lástima de tal suculento brebaje! ¡Dichosos los elementos de la naturaleza que sabrán aprovecharlos en forma de evaporación!. Circulan veloces los coches, y trajín constante de personas que se apresuran para llegar a su destino, mas aquí, en este bar, en esta mesa, silencio sepulcral que me condena al desespero por no poder hallar la forma de consolarla. Sin control natural, innato movimiento procedente del instinto más básico del ser humano, mi mano sobre su mano en voluntad de consuelo...desconsuelo... no se responde con el esperado apretón de aprobación... retiro la atrevida mano y me dejo aprisionar por las metálicas piezas de la silla que me llevan a mi rincón de castigo esperando que el tiempo sane heridas invisibles... silenciosa espera eterna.
17/09/2013